martes, 9 de septiembre de 2008

Las Calas y yo...


Desde que cumplí los 12, llegaba una flor de Cala a mi casa.

El regalo no llevaba tarjeta ni mensaje alguno...menuda tarea a la que me abocaba después de recibirla: ¿quien sería el remitente?

Al cabo de un tiempo deje de tratar de descubrir quien sería...y me limité a disfrutar de la belleza de esa flor mágica que venía en un nido suave de papel de seda rosado.

Mas nunca dejé de pensar en quién podría ser ese anónimo obsequiante.

Pasé momentos felicísimos fantaseando con alguien maravilloso y apasionado, pero demasiado tímido para revelar su identidad.

Mi padre alimentó esas fantasías. Me preguntaba si ese misterioso ser no sería alguien a quien yo le hubiera hecho algún favor especial.

Quizá alguna amiga o vecina. Pero como adolescente que era, me ilusionaba mas suponer que podría tratarse de un chico que a mí me gustaba , o de uno que se hubiera fijado en mi pero al yo no conocía.

Cuando cumplí 17 años tuve una gran desilusión amorosa. Esa noche llore hasta quedarme dormida. Por la mañana, al despertar me encontré con un mensaje escrito en el espejo con lápiz labial que decía: ”Sabe de corazón que cuando los semidioses se van, los dioses llegan” Esa cita de Emerson quedó bastante tiempo allí, hasta que a mi corazón volvió la alegria.-

Cuando limpie el espejo, Papá supo que todo marchaba bien de nuevo.-

No recuerdo haberle gritado nunca a mi padre “Vos no me entendes”, por que lo cierto es que el sí me comprendía.... El deseaba que sus hijas se sintieran amadas, creativas, e imaginativas; que estuvieran convencidas de que en el mundo había magia y belleza, aun en situaciones de adversidad.

Quería que sus hijas se sintieran como la Cala: fascinante, vigorosa y perfecta, con un aura de magia y quizá un poquito de misterio.-


Desde que falleció papá, el 18 de octubre del 2.003, siento dos grandes ausencias, la suya y la de la flor de Cala

Lo Extraño tanto... y cada rato un poco mas!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hiciste llorar.